Comprender las cosas más cotidianas, los fenómenos que nos son dados a la conciencia, necesita de la propia conciencia. Esto, desde la perspectiva fenomenológica, no es sino preocuparse por el modo como nuestro ser se constituye a partir de la intencionalidad husserliana que aparece ya en Investigaciones Lógicas. Esta verdad yace en la sombra del mundo y no puede quedar constreñida al concepto, a la forma. Habremos de buscarla, hacer que se torne evidente. Verdad como cauce del pensamiento y como desvelamiento del Ser más propio de las cosas, del ser más propio del mundo y de nuestra conciencia de todo ello, son las dos acepciones del concepto de verdad que recoge esta primera obra en la que Edmund Husserl presenta la fenomenología. La verdad es la herramienta que nos acerca al Ser, a la esencia subyacente que permanece oculta entre la vida en el mundo, una realidad a la que tendremos que aprender a mirar reflexivamente. No tanto por vocación a la verdad, sino porque tenemos plena vocación de ser, verdaderamente, tal y como somos.

David Orellana Viñambres es graduado en Filosofía por la UNED. Actualmente cursa estudios de Máster en Filosofía teórica y práctica en la misma universidad y sigue la línea de investigación en fenomenología bajo la tutela del profesor Javier San Martín en el Trabajo Fin de Máster. Al mismo tiempo, cursa estudios de formación de profesorado en la UCAV. También ha realizado numerosos cursos sobre el pensamiento filosófico en el siglo XXI.