L’atelier du peintre, allégorie réelle déterminant une phase de sept années de ma vie artistique et morale, finalizada por el pionero del Realismo, Gustave Courbet, en 1855, es una obra que representa la sociedad a la que este autor perteneció: la Francia que sigue a la Revolución de 1848. En mi trabajo defiendo que esta obra, considerada el comienzo del llamado Realismo en el arte es, en realidad, una alegoría moral impulsada por las ideas comuneras y anarquistas de las que Courbet estaba imbuido. En este sentido, tomo esta obra artística como base para establecer una reflexión histórica sobre la época, así como para contraponer a planteamientos previos acerca del realismo de la obra, la tesis filosófica de que no existe plasmación de la realidad que no sea una representación subjetiva mediada por una visión y unas ideas determinadas. L’atelier du peintre puede considerarse, en definitiva, un laboratorio de ideas donde el artista, más que reproducir o calcar la realidad, reflexiona sobre ella trasmitiendo, mediante su pincel, su perspectiva particular.