Como concepto político y, eo ipso, polémico que es, el término «democracia» ha estado sujeto, históricamente, a no pocas acepciones y caracterizaciones, algunas de ellas completamente incompatibles entre sí. De lo que aquí se trata es de exponer y comprender una de las más llamativas y singulares de estas concepciones: la que sostiene el afamado y, a día de hoy, versátil jurista y filósofo político Carl Schmitt (1888-1985), quien, con maestría no carente de interesada astucia y sofistería, da un sonoro golpe sobre la mesa al establecer un drástico corte entre democracia y liberalismo, esto es, entre regímenes democráticos y regímenes liberal-parlamentarios. Partiendo de una breve pero necesaria contextualización del autor y su circunstancia, veremos cómo la doctrina schmittiana de la democracia no es sino el resultado último de una concatenación de ideas meticulosamente trabadas pero no exentas de una leve, aunque determinante, capciosidad, capaz de respaldar y aun canonizar regímenes totalitarios como, particularmente, el nazi, a cuya causa entregó a la sazón gran parte de sus denodados esfuerzos y de su sagaz intelecto.

Sergio Brea García. Graduado en Filosofía con Máster en Formación del Profesorado de ESO, Bachillerato y FP por la Universidad de Oviedo. Opositor por la especialidad de Filosofía. Actual doctorando del Programa de investigaciones Humanísticas de la Universidad de Oviedo bajo la tutela del Doctor Francisco Javier Gil Martín, investigando la categoría del centro como parte del espectro político y como enlace entre las corrientes socioliberal y nazi-fascista-falangista, acudiendo a España como caso de estudio. Especialista en el nazi-fascismo-falangismo, ha realizado diversos trabajos al respecto, algunos de ellos expuestos en congresos como el LI Congreso de Filosofía Joven «Poder y Movimientos» (Universidad Complutense de Madrid, julio 2014) o publicados en revistas como Eikasía (n.º 61, enero 2015).